“Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”. Así lo dijo William Thomson Kelvin hace más de un siglo y todavía hoy es una verdad, que nos lleva a entender la necesidad de los indicadores de gestión logística.
Los indicadores de gestión o KPI (Key Performance Indicators) son datos numéricos que nos permiten darnos cuenta de cómo se encuentra la realidad de la empresa. Pueden medir los cambios a través del tiempo, facilitan el análisis de resultados y permiten realizar seguimiento a una gestión.
Suele ocurrir a las empresas que recién inician, que encuentran indicadores de gestión logística realmente buenos porque demuestran un crecimiento exponencial, pero muchas veces esos indicadores se quedan en las primeras impresiones y no representan el objetivo de la empresa.
A estos se les conoce como indicadores de vanidad porque a simple vista parecen llamativos, pero en el fondo no demuestran el resultado alcanzado.
Por ejemplo, en el departamento de compras el ahorro es una métrica de vanidad que suele aparecer frecuentemente, así como el porcentaje de proveedores. Ninguno de ellos revela la inversión que es lo que realmente interesa.
Es un error común confundir las funciones de los KPI y verlos como un objetivo. Para evitar que esto suceda se debe definir desde un inicio la meta de la compañía. En las startups se le conoce como la North Star Metric (NSM), un valor que identifica el éxito de una empresa en un periodo y que varía según el propósito de cada una.
La NSM puede ser, por ejemplo, lograr 1 millón de descargas de una aplicación, adquirir mil usuarios activos al mes, vincular 100 clientes nuevos cada año, etc.
Por otro lado, el KPI es la métrica que medirá en una periodicidad definida, qué tanto se cumplió la NSM. Si lo relacionamos con el mundo de la logística, el objetivo sería el nivel de desempeño de la cadena de suministros y el KPI, los datos que evalúan cuánto del éxito se ha alcanzado.
Así como en el caso anterior, cuando no se tienen un objetivo claro, se cae fácilmente en la gestión de múltiples indicadores que no aportan ningún valor. Por ejemplo, una compañía dedicada al delivery tendría que enfocarse en medir el Lead Time o el tiempo de entrega; incluir otros indicadores de gestión logística como la rotación de productos en bodega, el costo del control de calidad o los costos documentales será irrelevante.
En este mismo espacio cabe otro error común, que es utilizar un KPI incorrecto para medir la meta. En esta situación se debe definir, luego del objetivo, el indicador de gestión logística que nos ayudará a evaluar el desempeño a lo largo del año.
Veremos a continuación cómo plantear los KPI correctos.
Según el objetivo de tu empresa, deberás elegir los indicadores de gestión logística que necesitas medir. Estos siempre deben cumplir con las siguientes características:
El medio más utilizado para medir los indicadores de gestión logística es Excel o Google Sheets. No obstante, es poco recomendable utilizar este programa, ya que exige la actualización constante de la información, un proceso tedioso y que ocupa mucho tiempo.
Lo recomendable es utilizar un software de gestión de transporte como SmartQuick, el cual hace parte de Quick, la empresa experta en logística que también ofrece servicios de transporte nacional, distribución, almacenamiento y última milla.
Visítanos para conocer cómo medimos los indicadores de gestión de logística con tecnología de última generación.